Para mis alumnos y alumnas de 1º Bach. A


Tema 15. LITERATURA DEL SIGLO XVII

1.      ARTE Y LITERATURA EN EL BARROCO

Bases culturales

            El Barroco es el movimiento artístico que, siempre dentro de la Edad Moderna, sigue al Renacimiento.  Debemos situarlo en torno al siglo XVII, aunque algunas de sus características ya pueden rastrearse dentro del mismo Renacimiento y durante el siglo XVIII todavía existía un extendido gusto barroco aunque fuera en contra del Neoclasicismo.
            Su origen está en el Concilio de Trento, una reunión de los cardenales de la Iglesia Católica en esa ciudad italiana entre los años 1545 y 1563.  En ella la Iglesia empezó a diseñar estrategias para combatir al Protestantismo, que tanto se había extendido por Europa durante el comienzo del siglo XVI.  Pero no sólo se dio en los países católicos (Italia, Alemania, España,…), sino que luego se extendió como moda a prácticamente toda Europa.  Por eso, el arte barroco pretenderá ser lo contrario a la ideología protestante y, también en algunos aspectos, a la ideología renacentista.  Recordemos que el protestantismo propone una vivencia de la religión de manera sencilla, suave, equilibrada, austera, sin complicaciones.  Si nos damos cuenta, esto coincide con la expresión artística del Renacimiento.  Pues bien, el Barroco, para contrarrestarlo, va a ser todo lo contrario al protestantismo y, por extensión, acabará siendo lo contrario al Renacimiento.
            Debemos explicarnos bien.  El Barroco no nace por oposición al Renacimiento.  De hecho, hereda algunas características del Renacimiento.  Sin embargo, al rechazar la religión protestante, irremediablemente se opondrá al Renacimiento.  Frente a la austeridad, suavidad, sencillez, sobriedad del Renacimiento, el Barroco propondrá la desmesura, el adorno recargado, la exageración, el virtuosismo, lo superfluo.  Frente a la relajación, el estatismo, la quietud del arte renacentista, el Barroco propone el movimiento, la velocidad.  Frente a un punto de vista único y realista de lo que nos rodea, el Barroco supone una multiplicidad de puntos de vista, en los cuales no se diferencia con facilidad lo que es apariencia de realidad.  El protestantismo y el Renacimiento ponían su atención en lo que hacíamos en esta vida y en el aprecio por lo que hacemos en esta vida; por el contrario, el Barroco vuelve a resucitar una ideología medieval, poniendo el acento de nuevo, como en la Edad Media, en la otra vida, en el más allá.
            Recordemos que la cultura renacentista, frente al hecho de que la vida es efímera y se pasa pronto, propone que el ser humano disfrute de cuanto posee (“carpe diem”); por el contrario, ante ese mismo paso inexorable del tiempo, el Barroco propone, resucitando el ideal medieval católico, que nos preparemos para el encuentro con Dios (expresado en el tópico latino “tempus fugit”).  Ante la contemplación positiva y agradable de la vida en el Renacimiento, el Barroco se muestra negativo y pesimista.


Situación política.

            A todo ello hay que unir la situación de Europa en la época.  La población europea ve que los ideales renacentistas de antropocentrismo, aprecio por el ser humano y universalidad no se han hecho realidad.  Todo lo contrario: Europa está dividida, a punto de un conflicto y el hombre –ser humano-  no es capaz de controlarlo.  El ideal antropocéntrico no parece haber triunfado.  Además, como el Barroco vuelve a la Edad Media, pone su esperanza en Dios, no en el ser humano.  La esperanza está en Dios y en el otro mundo.
            La división religiosa de Europa, el enfrentamiento entre protestantismo y catolicismo, va a provocar una guerra extendidísima, muy sangrienta, casi total.  Al enfrentamiento religioso se unirá la lucha por la hegemonía en Europa entre España (todavía primera potencia mundial en armamento), Francia e Inglaterra.  El resultado es la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que devastó Europa y supuso la caída final de España del puesto de primera potencia mundial.  Por otro lado, la dinastía de los Austrias (o Habsburgo) en España (Carlos I, Felipe II) durante el siglo XVI había supuesto que se necesitaba mantener económicamente un gran imperio.  Esto fue endeudando más y más al estado español durante el siglo XVI y luego en el XVII; hasta tal punto que se sucedieron varias bancarrotas del estado español en el siglo XVII (con los reyes llamados “Austrias menores”: Felipe III, Felipe IV y Carlos II).



Cosas que unen al Renacimiento y al Barroco

- Ambos siguen el ideal clásico, tratan temas griegos y romanos, como la mitología.
- En poesía, continúa el aprecio por las formas italianas (heptasílabo, endecasílabo, soneto, lira, octava real, silva,…), aunque ahora ya no se las ve como extranjeras, sino que, después de un siglo, ya se las ve como propiamente españolas.
- Los temas continúan siendo los mismos: amor, sentido de la vida, naturaleza,…




Cosas que diferencian al Renacimiento y al Barroco

RENACIMIENTO                                                              BARROCO

- Optimismo y vitalismo.
- Pesimismo.
- Se ven las formas italianas (endecasílabo, soneto, …) como si fueran una moda extranjera.
- Ya se ven esas formas italianas (tras un siglo de acomodo) como formas tradicionales españolas.  Junto con las de origen italiano, los poetas también emplean las tradicionales españolas: el verso endecasílabo, romances, redondillas, coplas,…
- Hay que disfrutar esta vida: parémonos y gocemos de ella.  Tranquilidad y estatismo: falta de movimiento.
- La vida pasa muy rápida.  Tenemos prisa: falta de tranquilidad, movimiento, prisa, formas curvas y en movimiento.
- En pintura y escultura: formas en verticalidad, descanso y quietud.  Líneas rectas.
- Lo  contrario: curvas, desequilibrio, movimiento.  Las figuras aparecen saltando o a punto de caer.
Botticelli: Nacimiento de Venus
Rubens: El rapto de las sabinas

- En todas las artes: un solo punto de vista.  Se refleja la naturaleza.

- Multiplicidad de puntos de vista: nada es lo que parece.  Hay muchos modos de ver la realidad.  Lo que vemos de la naturaleza puede engañarnos.  Tenemos un punto de vista subjetivo.
Fra Angelico: La Anunciación.
Un solo punto de vista.  Nosotros contemplamos la escena.
Velázquez: Las Meninas.
Nosotros contemplamos el cuadro.  En él, vemos a la izquierda a Velázquez, que pinta un cuadro grande (ese cuadro que nosotros vemos por detrás).  El pintor y las infantas nos miran.  Los personajes del cuadro nos están mirando. ¿Por qué?  Al fondo hay un espejo, en el cual se reflejan los Reyes; es decir, lo reflejado en el espejo es lo que Velázquez pinta.  Los Reyes, lo que Velázquez mira y pinta se encuentran justamente enfrente de las niñas y de él, es decir, justo donde estamos nosotros, que miramos el cuadro.  Velázquez nos mira porque nos pinta a nosotros, que estamos en lugar de los reyes.  Nosotros, que vemos a Velázquez en el cuadro, somos lo que Velázquez pinta en ese cuadro.  ¿Quién mira: nosotros que vemos el cuadro o Velázquez que nos pinta? ¿Qué es la realidad y qué es la ficción que aparece pintada en el cuadro?  ¿Nosotros somos reales y miramos a Velázquez pintado en un cuadro o Velázquez nos mira y nosotros somos el tema pintado en el cuadro?  Múltiples puntos de vista.  Relativización.


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